Roni

sábado, 29 de mayo de 2010

Medio año 'corroídos' por la ausencia de Albert y Roque




"Nos corroe". La gota malaya de la incertidumbre golpea disciplinada y cruel en la cabeza de cada uno de los miembros de Barcelona Acció Solidària. Josep Ramón Jiménez, su portavoz, lleva seis meses soportándola. Medio año, día tras día, desde aquel 29 de noviembre de 2009 en el que, mientras celebraban el tanto azulgrana en el Barça-Madrid, sus compañeros Roque Pascual, Albert Vilalta y Alicia Gámez, desaparecían rumbo al desierto flanqueados por metralletas de Al Qaeda en el Magreb Islámico. Alicia regresó de ese limbo del terror hace dos meses, Roque y Albert siguen resistiendo.

"Son fuertes, eso lo sabemos", Jiménez no vacila, pero sí duda sobre el estado psicológico de sus compañeros. "Nadie sabe cómo reaccionar a tanto tiempo de cautiverio y es medio año, que me suena peor que seis meses".

No hay novedades, oficialmente sobre Roque y Pascual -aunque fuentes cercanas al CNI confían en una pronta liberación, aproximadamente en 15 días-. La última declaración abierta del Gobierno, producida ayer de boca de la vicepresidenta De la Vega, se resumía en un pírrico "están bien". "Lo de siempre", se lamenta Jiménez, en conversación con ELMUNDO.es, a través del cual descubría la última manifestación del Ejecutivo respecto al estado de sus compañeros. Y es que, reconoce, "hace un tiempo que quedamos en que sólo nos avisarían ante cambios importantes". "Nos damos por satisfechos porque las familias si están informadas a diario". "A ellas se las mima", aclara.

No obstante, Jiménez admite que la ONG vive en un "océano de ignorancia", en el que se hunde al no entender cómo "habiendo indicios de inminencia en la liberación, se vuelve a congelar".

Y es que ha tenido que permanecer impávido a cómo la realidad rebatía las fundadas informaciones que apuntaban al final de la tortura. Los cinco millones de euros de rescate parecían abrir definitivamente la puerta a la libertad de los tres cooperantes, pero sólo Alicia ha podido volver a saborearla.

Finalmente, este diario apuntaba a que el precio definitivo era de dos millones de dólares a cambio de la libertad de cada uno de los voluntarios catalanes y que la reclamación de libertad de presos yihadistas que cumplen condena en Malí y Mauritania podría no tener que llevarse a cabo. La senda era la correcta, pero la liberación aún no ha llegado.

La última prueba de vida de Roque y Albert que ha llegado a la opinión pública ha sido la imagen trasladada por sus captores tras la liberación de Alicia. Albert aparece sentado y tapado -algo que se interpreta como una forma de ocultar las heridas producidas en el rapto-, Roque inspira buen estado de salud y Alicia, con la cara pixelada, lleva velo islámico. Imágenes similares se pudieron ver del francés Pierre Camat -secuestrado días antes que los catalanes- y de la pareja italiana -raptada un mes después. La diferencia: que todos ellos están libres.

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